Amor sábado, 2 de enero de 2016
Cariño, soy estupida.
Estupida como un ser humano común.
Hace mucho deje ir a la única persona que posiblemente me amaba tanto como un amor de novela, uno de esos románticos, empalagosos, uno de esos que tanto detesto.
Uno que parecía inexistente e imposible hasta que lo aleje de mi.
Pero tenía miedo, tenía mucho miedo, cariño mío, lo aleje de mi, no me aferre lo suficiente, no confíe, no vi. No me culpo ni me arrepiento, tuve mis motivos y los seguí, ya es tarde, no puedo hacer nada mas y no quiero hacer nada mas, no busco un amor de novela, solo un poco de diversión, una chispa de vida, un instante.
Recuerdos.
Quiero almacenar recuerdos, memorias, instantes que como fotografías se queden adheridos a mi piel, de una forma casi invisible y que solo los logre sentir cuando encuentre ese sentido humano, el tacto, como le llaman.
Aleje a la persona que más me había amado.
Y ahora solo necesito a alguien.
Que me abrace sin preguntar cuando este triste, que se ría de mis estupideces, a quien no le importe y avergüence lo torpe que soy, alguien con quien me pueda sentir segura, alguien que confíe en mi y me cuente lo que le nubla la mente, a alguien oscuro y claro, a alguien que sepa apreciar la vida y por eso también sepa como odiarla.
Cariño te has vuelto un fantasma entre esta niebla espesa que cubre mis pensamientos.
Hay veces...
No importa, continuare en un momento.